Hymn

Al margen de lo tangible desea evaporarse. Mira a sus ojos y murmura. Fuerte, aprieta los molares y caninos. Deja escapar el fuego. Cruje, duele, hierve. Próximo al más dramático movimiento: el alarido final. Rememora el error que como mortal en carne sufre. Corruptor de infancias y creador de tragedia, es la hora del castigo. Espira e inspira. Yace desplomado, paralelo a la linea del mundo. Tiembla, sufre, llora. Ahora frío. Crudo arrepentimiento que ante la dura amenaza se hace fuerte; e inexistente ante la débil. Cara a cara con ella, su muñeca. Y como tal, usada. Ojos blancos en la oscuridad que arrastran tragedia a sus espaldas. Grandes perlas, reflejan un rostro senil aullando de dolor en la noche. Sangre, huesos, tendones. Contundente y afilado, atraviesa la barrera de la piel, liberando a la sangre de su esclavitud. El calor del hogar se esfuma. Humo, cenizas, muerte. No más festejos; no más máscaras en las sombras.

cabana (2)

Los bosques conocen el silencio. Los lobos reclaman justicia a la luna. Ausencia de luz, primigenia. Hasta que el último grano de arena caiga al vacío, hoy el reino de la ira triunfa en los corazones rotos. El cuerpo yacente es culpable y por ello moribundo. La presencia de la guadaña oscura es palpable en su piel, en sus ojos, no es imposible. Una última captura, brinda una mirada a su verdugo. «¡Hazlo! Haz que oiga tu lamento».

«Cruel natura, ¿cómo permites la libre condena de almas con tales monstruos? Monstruos como ella. Monstruos como yo, perdón. Lloro. No puedo más que llorar. Y condenar al tiempo, y condenar al fuego, y condenarme a mí, y condenarla a ella.

Fui un mero intruso en sus entrañas, nunca su dueño. Soy la llama que abrasó su alma. No merezco perdón alguno. Ni negociar con la muerte siquiera. Aceptaré mi destino, asunto ahora de los dioses.

Ningún ángel puede salvarme de esta criatura de la noche. Y mi deber, como vil pastor y despreciable creador, es perecer. Tarde para el lamento, para el honor, para la compasión y para la paz. Hazme desaparecer. Hasta al verde que me rodea le hiere mi existencia.

Y ahora miro su figura.

Por esos largos cabellos de seda corre el fluido de la ira. Esos perfectos senos clavan su estandarte en mi pupila. Esas infinitas piernas que pisan mi sangre, ya no son de mi muñeca. Esa faz oscura que me apuñala, ya no es lo que era.

Dios mío, ¿qué he hecho?

¿Esta es mi huella en el mundo?

¿Esta es mi semilla?

¿Qué hice?

Ponme fin.»

Obligatoria la espera. Necesario el lamento. Recreación, tortura, satisfacción. Ella: indomable y silenciosa. Cayó la última lágrima al rojizo río. Colmado, hundido y húmedo. Una fina capa de sangre cubre la madera donde su espalda toca. Nunca antes, golpe de gracia tan gracioso. Metal, óxido, piedra, nieve. Vieja casa rural de la montaña. El crimen, y el crimen que lo sucedió. Pedofilia y homicidio. Desorden y destrozos que la luna llena deja ver. Al fin un golpe. Crujido. Sangre. Venganza. Un corazón deja de latir. Adiós. «No hay dioses para ti, padre».

Alguien más respira. Paredes atrás, observa el subconsciente. Sueño que habita un cuerpo. Pequeño cuerpo, cómodo entre nubes, donde afloran sus temores. Olor a cenizas y sangre, frío de la nieve nocturna que invade su organismo en trance. Algo siente. Corre sangre por sus venas. Monstruosa sangre, la que más. La semilla del mal duerme.

«BRACKISH»

«Tengo ante mí a cinco sujetos, de diferentes edades, sexos, personalidades e historias. Separados entre sí por relaciones de odio o de simple indiferencia. Pero aunque no lo parezca, vosotros cinco tenéis algo en común, que hace de este conjunto algo inigualable: no tenéis nada que perder. Y esa actitud desafiante y desinteresada ante la vida, es lo que verdaderamente os hace temibles.»

 

Os cuento. Resulta que finalizando 4º de ESO, a mi cabeza se le ocurrió la idea de motivarse con uno de esos proyectos que a uno se le van de las manos, y aspiran a un futuro brillante y bonito, pero que no eres capaz de llevar a cabo ni en una décima parte. Pero a modo de desahogo, hago este adelanto de lo que sería las características y personalidades de los personajes principales de esta historia, la cual es casi imposible de llevar a cabo por completo. Cinco son los personajes principales.

La «introducción a la trama» comienza con un suceso inicial que consiste en la explosión de un taxi en el que viaja uno de los protagonistas, el cual despierta en un hospital cinco días más tarde, con el brazo derecho amputado. A partir de este suceso, se retrocede en el tiempo y se desarrolla la narración de los acontecimientos que tuvieron lugar desde el día de la explosión (martes) hasta el día en el que éste despierta (domingo), pero desde el punto de vista de Tina, la protagonista principal. Así, poco a poco y en apenas una semana, los cinco protagonistas coincidirían en un lugar y momento determinados, en unas peligrosas y tensas circunstancias, y a partir de ahí, surgiría la verdadera historia. Sí, lo sé, me he explicado como la mierda, pero no importa.

La idea surgió sin darme cuenta. Pero básicamente consistía en «innovar», creando una historia de acción con argumento, combates, muertes, superpoderes y esas cosas molonas en las que uno piensa en clase de filosofía. El tema fundamental residía en que los protagonistas no transmitieran enseñanzas ni buen rollo, ni estuvieran unidos por lazos de amistad, ni fueran todos jovenzuelos. Al contrario. Decidí crear personajes tristes, reprimidos, misántropos y resentidos con el mundo. Algunos rozan la locura y otros se mantienen más cuerdos. En total llevo más 70 páginas a bolígrafo y lápiz, en las cuales no transcurre ni lo necesario para que los personajes coincidan todos entre sí y de comienzo a la verdadera historia. En fin, ahí van.

1-TINA BRACKISH

«La música me alegra la vida. Ese es el efecto que causa en mí. Porque es un arte, y el arte llega directo al corazón»

TINA

Tina ocuparía el papel de protagonista principal, en cierto modo. Cumpliendo así, en un principio, con el típico rol de protagonista novato e inexperto. Pero a pesar de ello, Tina tiene una personalidad muy fuerte. Es una estudiante de 4º de secundaria, y muestra generalmente un caracter cansado y desconfiado cuando se encuentra en sociedad, pero en cambio es muy selectiva con las personas a las que les muestra su afecto, y nada tímida a la hora de la verdad. Le aburre la monotonía y no espera nada de nadie. Ama la música, de ahí su principal característica de portar siempre unos cascos. La razón de su odio hacia la humanidad se genera tras la muerte de su única y mejor amiga, a causa del bullying, del cual la propia Tina también fue víctima. El único lazo de amistad que se observa desde un principio entre los cinco sujetos protagonistas tiene lugar entre Tina y Kenji (más abajo). No hace falta decir que a ella se debe el título PROVISIONAL de la historia, aunque éste no tenga p*** sentido, lo sé, pero suena molón. JAJEJI.

 

2-RAYMOND ANDRANIK

«Por favor. No me vengáis ahora con vuestros lloriqueos de niños mimados con complejos de mierda. Yo ya no tengo nada que perder. No podéis razonar conmigo.»

RAY

Sí, es un viejales. Bueno, no tanto, es un cincuentón, pero está como una cabra y muy descuidado. Quizá sea uno de los que más ha sufrido en su vida, al ser ésta más extensa. Ha pasado la mayor parte de ella en el ejército, y las imágenes de los conflictos y el hambre de su infancia lo marcaron para siempre. Pero no entra en el declive total hasta que pierde a su mujer en un incendio, y seguidamente, también a su hija, la cual muere a causa del bullying (Sí, la misma amiga de Tina. Hay cosas que encajan, como hacen los pros). Tras ello, Ray pasa a ser un taxista excéntrico, que se ve expuesto a numerosos intentos de asesinato por parte de una misteriosa mujer, maestra del disfraz y de artes marciales poco comunes, la cual no deja de intentar asesinarlo, por razones que se desconocen en un principio. Ray se toma ese afán de la mercenaria como un juego, contraatacando e intentando tomar ventaja para matarla también, aunque no tenga razones para ello aparte de la defensa propia. Ah, sí, lo más destacable: pierde el brazo derecho en uno de esos intentos de asesinato. No, no es un guiño a Fullmetal Alchemist, es que me salió así. Como consecuencia, conseguirá un brazo biónico, el cual posee todo el armamento y las aplicaciones necesarias para hacer de Ray, junto con sus técnicas de soldado experto, un sujeto bastante peligroso.

3- KENJI

«Si pudiera elegir entre salvar al mundo o salvarme a mí… prefiero plantarme.»

KENJI

Puede que Kenji sea la mente más desmotivada, misántropa y suicida de los cinco. Su nombre real se desconoce por ahora, Kenji es el apodo por el que siempre se le ha conocido. Ronda los treinta años, y vive completamente solo en un apartamento de mala muerte. Es un alcohólico solitario, rubio y sin pupilas. A diferencia del resto, la espiral autodestructiva de Kenji se debe a una serie de acontecimientos negativos en su vida, que surgieron de golpe. Era un prestigioso coctelero en los locales más concurridos y populares de la ciudad, aparte de ser batería en un grupo de post-rock con cierta fama en aumento. Su trabajo, su banda y su amada, desaparecieron de un día para otro, sumergiendo a Kenji en la más profunda depresión, soledad y ruina. Tras estos acontecimientos, sus pupilas desaparecen a causa de una antigua maldición ( la cual le permite tener visiones sobre acontecimientos del futuro), lo que aleja más aún a las personas de su entorno. La llegada de Tina a su vida supone una nueva razón por la cual mantenerse aún vivo: protegerla.

 

4-IVY HOLCOMB

«Seas quien seas y estés dónde estés, siempre habrá alguien en el mundo que se preocupe por ti. Pero ese alguien al menos no soy yo.»

IVY

Ivy es un gran ejemplo de que el dinero no da la felicidad. Es hija de un conocido ingeniero, Charles Holcomb, el mejor creador de armas del país, con problemas con la ley debido a su negocio con el mercado negro y las mafias. Ivy vivió su infancia con su padre y su hermana menor, Shu, en una mansión sumergida en el inmenso bosque. No fue a la escuela ni tenía amigos más que la naturaleza y los libros. Ese vacío de afecto camuflado con dinero la convirtió en una niña solitaria desde el principio. Debido a una de las deudas de su padre con una de las mafias más peligrosas del mundo, éste es humillado y asesinado en su propia casa, delante de los ojos de Ivy, cuando ésta tenía sólo 10 años. En un arrebato de ira, Ivy asesina a un gran número de subordinados de la mafia allí mismo, sacando a la luz el desfasado potencial destructivo que puede llegar a tener con la ayuda de las innovadoras armas de su padre. Aquella masacre la marcaría de por vida, convenciéndose a sí misma de que es un monstruo desalmado. Sloot, el líder de la organización, decide dejar a Ivy con vida, con la esperanza de verla convertida en una mujer en un futuro. Ivy crecerá en la montaña al cuidado de un anciano, el cual la entrena en artes marciales poco conocidas, mientras que su hermana menor, Shu, decide aliarse con Sloot, conviertiéndose así en una de las principales antagonistas de la historia.

5- CHRIS LITHIUM

» Ntschh….»

Chris es con diferencia el personaje más misterioso y poderoso de los cinco. Se caracteriza por su escasa capacidad para hablar y expresarse con los demás, y al devastador poder eléctrico que su cuerpo encierra, y que ni él mismo es capaz de controlar del todo. Su pasado, sería con diferencia el más oscuro, cruel y devastador de todos, dando lugar a una especie de demonio humano, que ha perdido la capacidad de afecto y relación con los humanos corrientes. No es violento por sí mismo, sólo obedece las órdenes de un superior, el cual será desvelado con posterioridad, y el cual se encarga de que los cinco miembros se conecten entre sí y le sirvan en su objetivo. Por lo que Chris es el único miembro del grupo que conoce desde un principio lo que debe hacer, y en qué debe acabar todo: en un encuentro simultáneo de los cinco en un mismo punto. Para ello, realiza todos los pasos que le son ordenados por ese superior, sin mediar palabra. Se presenta como un nuevo chico en el instituto, muy extraño debido a su dificultad para hablar y al hecho de poseer cinco dedos (es el único que tiene cinco, el resto todos tienen cuatro).

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stfu

Bueno, eso ha sido todo. Quizás hable de lo referente a la verdadera historia, los personajes secundarios o las historias enmarcadas en otra entrada futura. O no. O sí. No sé.

Bueno, al menos con esto me puedo permitir no volver a trabajar en ello en otro puñado de meses. JE.

Keine Liebe


En los árboles secos, pocas hojas, corrompidas caen. En los arbustos, tierra polvorienta. A lo lejos, una vieja y pequeña casa de campo. En los ramajes del suelo, un cráneo de cabra se esconde. Caminando hacia la nada, una niña. A su encuentro, un espectro. Las hojas secas del suelo, crujen bajo los pies de ella. Su palidez deslumbra. Desde lo lejos, la sombra observa. Un clima frío. Guiando sus pasos va su mirada, clavada en el suelo. ¿Por qué alzar la cabeza? ¿Hay algo más allá que deba ser visto? Un cuerpo demasiado joven para estar cansado. Ojeras, pelo blanquecino, tez casi albina. Paisaje blanco, no nevado, resalta por su oscuridad. Un rastro de ausencias va dejando tras de sí, a paso lento. Un cuerpo intacto. El cráneo de cabra. Grandes piedras a extremos del camino, esparcidas. La mirada en el suelo, cansada. Una presencia, al fin alguien.

Una pincelada negra en el paisaje blanco, se acerca a ella. Pasiva, indiferente, mira aproximarse a la sombra. El espectro y la niña. El monstruo oscuro. Alguien de la nada. Dos alguien en la nada. No existe nada más allá de las arboledas y la casa de campo. Parece que puede llover. Las hojas del suelo ya no crujen bajo sus pies desnudos. Tampoco bajo los pies de esa sombra, pues no tiene. Tampoco se mueven. Contacto visual entre ambos. Una antítesis personificada: vida y muerte, cara a cara. Vida difusa. Muerte pura. Un cuerpo joven e intacto frente a lo incorpóreo. Aquello y ella. ¿Quién de los dos tiene la sonrisa?, ella no. ¿Y la seguridad?, ella no. ¿Y la presencia?, ella no. La sonrisa de aquella figura extraña: un mensaje de afecto desde el más allá. Una ligera inclinación de cabeza de cabello rubio, exigiendo explicaciones. Una mano humana que surge de la oscuridad del manto la toca en un hombro. Un cuerpo joven, ya ha sido tocado. Un leve suspiro, el cual deja escapar el calor de su pequeña boca a la humedad externa. Sentía correr la sangre en su mundo interno. Es atraída por esa mano hacia la figura oscura. Ella esboza una ínfima sonrisa.

La abraza, aquella figura sombría de manos de mujer. Una mano extremadamente fría, que transmite un calor muy pasional. Ella, mirando a la lejanía con la cara sobre el manto negro, opta por cerrar los ojos. La muerte la abraza. Pero, un abrazo al fin y al cabo.

Frío matinal (II): Inmortal

Y bien, así lo hizo. A la mañana siguiente tomó todas sus pinturas , el caballete y el lienzo, y a las 07:15 bajó a la calle. Se puso detrás de ella con todo el descaro del mundo, a retratar la escena mágica. Sabía que ella no se giraría, que no se iría, que no reaccionaría ante su presencia. Empezó por el cielo. Se propuso terminar el retrato al completo ese mismo día, aunque las prisas causaran estragos en el resultado, pero no podía correr el riesgo a que ella no apareciera al día siguiente, cosa que dudaba. Mientras, ésta permanecía inmutable. El artista se notaba diferente, demasiado innovador. Había empezado a usar colores variados, vistosos y vitales, algo que nunca antes había hecho. Sus obras hasta entonces sólo eran un amasijo abstracto de colores que no derivaban más allá del blanco al negro, excepto algunos toques de azul o verde oscuro. Tenía algunas otras pinturas realistas, de paisajes invernales inventados, así como retratos de figuras del ámbito musical como Morrissey o Robert Smith. El tiempo pasaba, ella se acurrucaba en su abrigo, se quitaba el pelo de la cara, suspiraba, pero no giraba la cabeza en ningún momento. Pensó que quizá se trataba de alguien que detestaba su condición de humana, a pesar de gozar de una perfección envidiosa, y tan solo quería vivir en el mar, sin nadie más. Rechazando de ese modo todo lo referente al mundo humano y sus máscaras. «Ella es pura, y por eso no encaja entre nosotros», pensaba mientras trazaba su pelo con pintura negra y ligeros trazos para simular el trato del viento.

Pasaba el tiempo, ninguno de los días anteriores había pasado tanto rato en la escena. Se paró a pensarlo, en algún momento ella se tendría que ir de allí, y eso nunca lo había visto antes. Ya eran las 09:53, y aún le quedaba gran parte de la que sería su «obra maestra», a pesar de los detalles que se saltarían las prisas y el desenfreno por inmortalizar algo único. En realidad él nunca había pintado nada al detalle, sino que era de esos que con una serie de ligeras pinceladas difusas, acababas encontrando un paisaje de arboles secos en la ribera de un río imaginario. Esto no era tarea difícil, entonces.

A eso de las 10:45, ya había una mayor circulación de gente por el paseo marítimo, pero pocos pasaban entre la pintura y la escena. Pasó un tiempo desde que el artista se percató de la presencia de un señor de unos cincuenta y tantos años a su lado. Tenía un aspecto humilde, sin llegar a considerarse desaliñado, aunque no extrañaría verlo sentado en el suelo entre cartones. Tenía una barba grisácea y una gorra negra de pescador. Miraba el lienzo del artista desde atrás de su hombro, con una sonrisa moderada, admirando su arte desde sus adentros. El artista lo miró en un par de ocasiones, pero no mediaron palabra. Aunque agradecía su apreciación, la presencia de aquel hombre lo incomodaba un poco a la hora de seguir pintando. Se preguntaba el por qué de mirar al lienzo, teniendo la escena real frente a sus propios ojos. «No creo que las demás personas entiendan la esencia de esta imagen, será algo muy personal, supongo», pensaba. Ya le quedaban los últimos retoques. Cada vez que alejaba la cabeza para ver el conjunto final, sentía la verdadera grandeza que tenía ante sus ojos. Advirtió la magia que escondía la fusión entre el mar y la mujer como algo inexplicable.

 

Se sentía realizado. Había creado algo más que arte. Quizá nadie lo apreciaría como él, pero aquella mujer de espaldas, apoyada en la barandilla, observando el mar en la lejanía una mañana de invierno cualquiera, era lo más hipnotizante que había visto nunca. Quedó maravillado por el resultado, sin levantar la mirada del lienzo durante unos instantes. El hombre de la barba y el gorro de pesca comenzó a aplaudir lentamente.

-Admiro profundamente su técnica, amigo. Es usted realmente un artista. En cuanto a ella, no importa que la pintaras de espaldas, pues no me cabe la menor duda de que es la mujer más hermosa que jamás haya existido en la mente humana.

En efecto, levantó la mirada por encima del lienzo, y ella no estaba. Nunca había estado. Ni volvería a estar.

Nielle

Es ese día de grises nubes, en la tarde sin puesta de sol, sin ese tono anaranjado tan detestable que envuelve al mundo. El día en el que todo parece estar apagado, sin lluvia, sin sol, sin cielo, tan sólo nubes oscuras. Observas, el vecindario en el que siempre quisiste vivir, y de hecho, en el que vives. La calle ancha, tranquila, de grandes casas con garaje y jardín, ese jardín dividido por el camino que te invita desde la acera hasta adentrarte en el hogar. Ese hogar del árbol de Navidad y chimenea. Tu estás fuera de tu garaje, en el cual tocas el bajo con tu banda de colegas. Los vecinos se conocen todas vuestras canciones. Pero hoy no hay nadie en ese garaje abierto. Y tampoco nadie más en la calle, solo tú, en la acera. Pareces ver el sin color de las cosas, ya todo aparece en tu retina con el mismo tono grisáceo de la tarde silenciosa que todos recordamos haber visto al menos una vez en la vida. El ambiente es perfecto, inspirador a más no poder. Miras como avanzan las nubes y el viento te acaricia la cara. Es el momento. Te tumbas en el suelo entre la acera y tu garaje, ignorando todo el césped que rodea tu casa. Decides ponerte los auriculares y darle al play, sin reparos.

Cierras los ojos y esperas unos instantes mientras agudizas el oído para adivinar cual es la canción que te hará volar. El volumen va surgiendo, creciendo lentamente. Al fin la identificas, es ‘Ashes in the Snow’ de MONO. «Perfecto», te dices a ti mismo. Dejas la mente en blanco, ignorando todo tu alrededor. Sólo el sentido del tacto resulta imposible de desactivar por culpa del viento y su incesante caricia. En cuanto al oído, notas como se adapta hasta parecer inexistente. No ves nada, ni sientes nada. Acabas de dejar de existir. Sólo eres un alma, fuera de su recipiente. Tu cuerpo descansa tumbado en el suelo. Conforme avanza la música, comienzan a aparecer imágenes en tu mente. Imágenes que brillan felices en un pasado que ilumina las sombras del presente. Son imágenes agitadas, muy dinámicas y coloridas, con dos jóvenes como protagonistas.

Uno de ellos eres tú, unas cuatro estaciones más joven. El otro es ella, igual de perfecta que siempre. Jugáis como párvulos en el prado verde de la montaña. Ambos reís como si no existiera un mañana, como si todo lo ajeno a vosotros no existiera. Sois jóvenes y únicos, disfrutando el uno del otro. El Sol del atardecer os intenta cegar la mirada, pero la tuya resiste sólo por ver su sonrisa. Es esa sonrisa la que hace que sientas un cosquilleo en el estómago cuyo significado no quieres recordar, porque el presente duele. Ella se adelanta, corre a refugiarse del acoso solar bajo el gran árbol. Mientras huye puedes ver cómo los rayos de sol atraviesan los finos hilos de su larga camisa blanca de verano. Llegáis a los pies del árbol centenario y os tomáis la mano. Puedes recordar con total perfección la suavidad de esas frías manos blancas. Con la ciudad a vuestros pies, la hacéis testigo de una promesa. «Nunca me dejarás sola», dice. Tú te entregas a sus palabras con profunda convicción.

Pero se te olvida pedirle lo mismo a ella.

Anochece, y debéis regresar a vuestras casas. Tomas la bicicleta y ella se monta en la parte de atrás. Juntos bajáis la carretera cuesta abajo, hacia la ciudad. Ella te abraza desde atrás y deja caer su cabeza en tu hombro. Te sientes orgulloso de aquel joven que dio su palabra un día de color, y hasta el día de hoy no ha roto su promesa.

Pero de nada sirve ser honrado en estos tiempos.

Notas como despiertas poco a poco. Abres los ojos de par en par y sigues ahí, tumbado en el frío cemento del suelo, frente a tu garaje. Es exactamente el mismo instante, pues las nubes oscuras parecen no haberse movido ni un sólo milímetro. El día sigue con el mismo tono gris y el viento sigue haciéndote de las suyas. Pero percibes un olor diferente, un agradable olor del pasado que te resulta familiar. Giras la cabeza y ahí está ella. Tumbada contigo, a tu lado derecho, en tu acera. Estáis tan cerca que vuestros brazos hacen contacto y tú no te has dado ni cuenta. Ella también mira a las nubes con una cara hermosa, pero totalmente inexpresiva. Aún así sigue igual de resplandeciente que siempre, como una estrella entre tanto gris.

-Hey, me alegra muchísimo volver a verte. Perdona no haberme dado cuenta antes… ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

……………………………………………………………………

Es un día gris, de nubes oscuras. En un vecindario perfecto, amplio, de casas con jardín y garaje. Un señor sale de su casa a tirar la basura y pasear a los perros. Comienza su recorrido, pero en mitad de la calle se detiene. La imagen de un joven tumbado en el suelo y hablando sólo es algo que lo desconcierta.

Un día gris, de nubes oscuras.

Magnum 9

Pues oye, yo creía que me resultaría más difícil. No sé, o que me dolería más, tal vez. Vale, también es cierto que he elegido la forma más cobarde, soy consciente de que un disparo en la sien no requiere tanto valor como cortarse las venas, o yo qué mierdas sé. En fin, ¿ese soy yo?  Joder, si parezco aún más gilipollas visto desde fuera…

Parece mentira. Es cierto que el escenario de un suicidio es un caos total, un estropicio, pero la imagen de mi cuerpo en el suelo con la tapa de los sesos volada en mil pedazos parece incluso demasiado elegante en contraste con el desorden de mi apartamento. Pero no eh, no es tan difícil de limpiar este estropicio, no. No creo que se quejen mucho cuando me encuentren, eso con un par de paseos con la fregona ya está todo listo. Bueno…  sí que tenían razón algunos, oye. Resulta que sigo «vivo» tras la muerte. Pues menudo chasco, ¿de qué ha servido esta mierda entonces?  Es que no lo entiendo, macho, ¿se supone que estoy en otra dimensión o algo? Es que yo de esto no entiendo… Espera, a ver si… ¡AAAH! ¡No me jodas! ¿Pero qué sentido tiene esto? Al menos en vida podía beber todo lo que quisiera, y ahora me encuentro con que no puedo coger ni una de las botellas de vodka que rodean mi cadáver. Menuda gilipollez, al final resulta que la realidad después de la vida es tal y como nos lo contaban las series de TV y los libros de niños. O sea, ahora soy un fantasma…

*POM POM POM*

Mira por donde, ya hay alguien llamando a la puerta. Supongo que será el casero, otra vez. Desde que cambié la cerradura está mucho más insoportable. Qué bueno es el tío, con todo lo que le debo y ahora ¡pam! la palmo. Será gracioso ver como se tira de los pelos al verme.

-Jeff, vamos, sé que estás ahí. Si esta vez tampoco puedes pagar a Gordon no pasa nada. Pero al menos abre para que podamos hablar.

What? ¿No es Gordon quién está tras la puerta? Qué demonios, se supone que puedes atravesar las cosas materiales Jeff, no me seas retrasado y atraviesa la maldita pared para ver quién es. Ahí va… Anda, pero si es su mujer, ya ni la recordaba. Es buena gente. Anda, ahí llega el ogro.

-¡Y una mierda hablar! ¡Jeff, abre la jodida puerta para que pueda sacarte el dinero que me debes a base de hostias!

-Oh, vamos Gordon, no seas así. No es su culpa que no tenga el dinero.

-¡Pues que no se lo gaste todo en alcohol y revistas chinas de esas! ¡He llamado a la policía, Jeff, más vale que abras de una maldita vez!

¿A la policía? Vaya, perfecto. Isshhh… mierda. Una pena que no pueda pillarme unas palomitas para ver esto.  Oh venga gritad más, malditos viejales, ya habéis hecho salir al pasillo a la señora del tercero y a la parejita de al lado, con el niño de 9 años y todo. Esto me recuerda a mi pueblo. Me puedo imaginar la reacción cuando la noticia de mi «desgracia» llegue por allí: «Ah, ese chico. Pobre, era muy raro, pero una gran persona». Mis cojones.

-¡Se acabó, Jeff. Vamos a abrir. No servirá de nada que nos sigas ignorando! Adelante, agente.

-Uno… dos y…

*PAM*

Genial, aquí empieza lo bueno.

-Oh, Dios… vamos, todos atrás, no deberíais ver esto.

-¡Será rata, maldita escoria bastarda!

-Ay, pobre hombre. Gordon, cariño, cálmate.

Curioso, mira a la señora del tercero, la pobre tiene arcadas. Eso le pasa por asomar la cabeza donde no le llaman. Oh, el niño de la parejita ya tiene trauma para media vida. Qué buenos padres te han tocado, chaval.

Bueno, ha estado entretenido. Ya paso de quedarme a ver como limpian toda esta estampa. Adiós, cuerpo, a ti te veré en el funeral. Ahora me iré por ahí a ver qué puedo hacer en esta dimensión de mierda. Ya os contaré.

A todo esto, me preocupa mi nota de suicidio. No sé si un simple «Que os jodan» será suficiente.